Por Dr. Alejandro Lanuque

Permítanme comenzar con una afirmación contundente, basada en más de quince años trabajando con organizaciones en toda América Latina: si su estrategia de liderazgo no está centrada en el desarrollo de habilidades humanas profundas, está gestionando el presente, pero hipotecando el futuro. En una región marcada por la volatilidad económica, la transformación digital acelerada y una crisis de confianza generalizada, el modelo de liderazgo basado únicamente en el control, los resultados a corto plazo y la expertise técnica ha llegado a su fecha de vencimiento.

He sido testigo directo de cómo los líderes que prosperan en este entorno no son los que tienen más títulos o los que implementan la última herramienta de gestión, sino aquellos que dominan lo que yo denomino 𝗣𝗼𝘄𝗲𝗿 𝗦𝗸𝗶𝗹𝗹𝘀: esas capacidades humanas fundamentales que la inteligencia artificial no puede emular y que son el verdadero motor de la transformación cultural y los resultados sostenibles. Este no es un tema filosófico; es una cuestión estratégica y urgente. Mientras escribo estas líneas, cientos de empresas en la región están invirtiendo millones en digitalización y eficiencia operativa, pero descuidan el factor que más impacto tiene en el desempeño organizacional: la calidad de su liderazgo humano.

Durante los últimos años, mi trabajo me ha permitido sumergirme en las realidades de algunas de las empresas más importantes de Latinoamérica. Permítanme ilustrar la necesidad crítica de estas Power Skills con tres ejemplos concretos y reales, aunque, por confidencialidad, mantendré cierta discreción en los nombres.

𝗟𝗮 𝗴𝗶𝗴𝗮𝗻𝘁𝗲 𝗺𝗶𝗻𝗼𝗿𝗶𝘀𝘁𝗮 𝗯𝗿𝗮𝘀𝗶𝗹𝗲𝗻𝗮 𝘆 𝗹𝗮 𝗰𝗿𝗶𝘀𝗶𝘀 𝗱𝗲 𝗰𝗼𝗻𝘀𝗲𝗻𝘀𝗼
Una de las mayores cadenas minoristas de Brasil enfrentaba una parálisis estratégica. Sus equipos directivos, aunque talentosos individualmente, operaban en silos, compitiendo por recursos y anulando iniciativas transversales. La compañía había implementado costosas soluciones de IA para optimizar su cadena de suministro, pero los proyectos de transformación digital fracasaban una y otra vez. ¿La razón? No era un problema de tecnología, sino de 𝗣𝗲𝗿𝘀𝘂𝗮𝘀𝗶ó𝗻 𝘆 𝗔𝗿𝗾𝘂𝗶𝘁𝗲𝗰𝘁𝘂𝗿𝗮 𝗱𝗲 𝗖𝗼𝗻𝘀𝗲𝗻𝘀𝗼. Los líderes no sabían construir acuerdos genuinos, influir sin autoridad formal o convertir el "no" en una oportunidad de colaboración. El resultado era una organización lenta, burocrática e incapaz de ejecutar su visión. El antídoto no fue otro software, sino un trabajo intensivo para desarrollar estas habilidades en su comité de dirección, creando un lenguaje común y una disciplina de colaboración que finalmente desbloqueó la innovación.

𝗘𝗹 𝘂𝗻𝗶𝗰𝗼𝗿𝗻𝗶𝗼 𝗳𝗶𝗻𝘁𝗲𝗰𝗵 𝗺𝗲𝘅𝗶𝗰𝗮𝗻𝗼 𝘆 𝗲𝗹 𝗱𝗲𝘀𝗴𝗮𝘀𝘁𝗲 𝗱𝗲𝗹 𝘁𝗮𝗹𝗲𝗻𝘁𝗼
Esta empresa, un caso de éxito por su crecimiento explosivo, comenzó a sufrir una fuga crítica de talento senior. La cultura, una vez ágil y emprendedora, se había vuelto tóxica bajo la presión de escalar a toda costa. Los gerentes, brillantes técnicamente, carecían por completo de 𝗟𝗶𝗱𝗲𝗿𝗮𝘇𝗴𝗼 𝗛𝘂𝗺𝗮𝗻𝗼 𝗲 𝗜𝗻𝘁𝗲𝗹𝗶𝗴𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 𝗘𝗺𝗼𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗹. Gestionaban métricas, no personas. El ambiente estaba cargado de ansiedad y el burnout era la norma. La compañía estaba gastando fortunas en reclutamiento para reemplazar a quienes se iban, ignorando el costo real: la pérdida de conocimiento institucional y la erosión de su cultura. El punto de inflexión llegó cuando su fundador entendió que la escalabilidad no depende de la codebase, sino del capital emocional de sus equipos. Implementamos un programa para que los líderes aprendieran a liderar con empatía, a tomar decisiones con impacto humano y a gestionar sus propias emociones bajo presión. La rotación disminuyó en un 40% en seis meses.

𝗘𝗹 𝗰𝗼𝗻𝗴𝗹𝗼𝗺𝗲𝗿𝗮𝗱𝗼 𝗶𝗻𝗱𝘂𝘀𝘁𝗿𝗶𝗮𝗹 𝗮𝗿𝗴𝗲𝗻𝘁𝗶𝗻𝗼 𝘆 𝗹𝗮 𝗿𝗲𝘀𝗶𝘀𝘁𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 𝗮𝗹 𝗰𝗮𝗺𝗯𝗶𝗼
Frente a una crisis macroeconómica recurrente, este grupo diversificado necesitaba pivotear con agilidad hacia nuevos modelos de negocio. Sin embargo, cada intento de cambio topaba con una resistencia feroz de una estructura gerencial arraigada en las viejas prácticas. Aquí, la habilidad crítica missing era la 𝗔𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮𝗯𝗶𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗲𝗻 𝗧𝗶𝗲𝗺𝗽𝗼 𝗥𝗲𝗮𝗹 𝗲 𝗜𝗻𝗻𝗼𝘃𝗮𝗰𝗶ó𝗻. Los líderes estaban entrenados para gestionar la estabilidad, no para liderar en la incertidumbre. Carecían de la flexibilidad mental para convertir el caos en oportunidad y de las herramientas para innovar en lo inesperado. Trabajamos con ellos no en un plan estratégico de cinco años, sino en desarrollar una mentalidad de experimentación, fallo rápido y aprendizaje continuo. Les enseñamos a sus equipos directivos a sentirse cómodos en la incomodidad, a ver las disrupciones del mercado como un campo de juego y no como una amenaza. Esto no solo les permitió lanzar nuevas unidades de negocio exitosas, sino que transformó su cultura organizacional de reactiva a proactiva.

Estos casos no son excepciones; son la regla en nuestra región. La brecha ya no es tecnológica o de capital; es una brecha de habilidades humanas. Y es aquí donde radica la oportunidad más grande para los líderes que aspiren a dejar una huella perdurable.

¿Qué tienen en común estos tres ejemplos? Que en ningún caso la solución fue una consultoría tradicional, una reestructuración organizacional o una nueva plataforma de software. La solución fue una inversión deliberada y práctica en el desarrollo de las 𝗣𝗼𝘄𝗲𝗿 𝗦𝗸𝗶𝗹𝗹𝘀 de sus líderes. Y los resultados se midieron no solo en indicadores financieros, sino en agilidad, innovación, retención de talento y resiliencia organizacional.

Por eso he dedicado los últimos años a diseñar y facilitar un 𝘄𝗼𝗿𝗸𝘀𝗵𝗼𝗽 de inmersión que no es otra charla motivacional ni un curso de autoayuda. Es un espacio de trabajo intensivo, 100% práctico y orientado a resultados, donde los líderes traen sus desafíos reales y trabajan en desarrollar estas cinco habilidades irremplazables. No venimos a hablar de teorías; venimos a construir marcos de acción concretos, a simular situaciones críticas y a practicar hasta incorporar estas capacidades en el ritmo cardíaco de su liderazgo.

La pregunta que debe hacerse hoy no es si su organización puede permitirse invertir en este desarrollo, sino si puede permitirse no hacerlo. El costo de la inacción es una pérdida progresiva de relevancia, talento y capacidad de adaptación. En el ecosistema latinoamericano, donde la ventana de oportunidad se abre y se cierra con velocidad vertiginosa, esta no es una opción, es una obligación estratégica.

Mi invitación para usted, líder que lee esta columna, es a dejar de mirar las Power Skills como un "curso blando" y empezar a verlas como el núcleo de su ventaja competitiva. Los invito a conversar, a debatir este enfoque y, sobre todo, a actuar. El futuro del liderazgo en Latinoamérica no se define solo en las juntas directivas o en los reports trimestrales; se define en la capacidad de conectar, inspirar y movilizar a las personas en medio de la complejidad. Y eso, hoy por hoy, es el activo más escaso y valioso que podemos cultivar.

DR. 𝗔𝗟𝗘𝗝𝗔𝗡𝗗𝗥𝗢 𝗟𝗔𝗡𝗨𝗤𝗨𝗘 : Argentina | Speaker Global | Autor de 7 Libros | Experto en Liderazgo Exponencial, Innovación Disruptiva y Power Skills.

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Escrito por

Gabriela Rubio
CEO en Charlas Motivacionales Latinoamérica │ Emprendedora y mamá de una niña azul 💙 │ Conecto empresas con conferencistas que inspiran │ Promuevo la inclusión, las buenas ideas y los mensajes que transforman.

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