Durante una semana completa, la comunidad del Liceo Experimental de la Universidad de Magallanes (Leumag) vivió una experiencia transformadora centrada en el autocuidado, el desarrollo emocional y la sana convivencia. La iniciativa, impulsada por la dirección del establecimiento en colaboración con equipos de orientación y convivencia escolar, tuvo como principal objetivo ofrecer un espacio de reflexión para estudiantes, docentes y funcionarios, abordando los desafíos actuales en torno al bienestar personal y colectivo.

En un contexto donde las instituciones educativas enfrentan múltiples desafíos relacionados con la salud mental, la cohesión social y la gestión emocional sobre todo tras los efectos acumulativos de la pandemia y el uso excesivo de tecnologías digitales, el Leumag apostó por una estrategia formativa distinta: generar encuentros motivacionales que conecten con la emocionalidad de sus participantes, integrando herramientas prácticas para el día a día.

Un enfoque motivacional y práctico

El invitado central de esta semana de charlas fue el actor y conferencista chileno Nicolás Alarcón, reconocido por su trayectoria artística y por su trabajo como formador en habilidades blandas, inteligencia emocional y liderazgo personal. A lo largo de varios encuentros, Alarcón compartió su experiencia con los distintos estamentos del liceo: estudiantes de educación media, docentes, asistentes de la educación y equipos directivos.

“El objetivo fue claro: fortalecer el bienestar desde una perspectiva práctica y humana. Hablamos de cómo mejorar nuestra versión personal, cómo recuperar el ánimo, cómo enfrentar las emociones difíciles y cómo construir relaciones más sanas. No se trata solo de motivar, sino de dar herramientas concretas para vivir mejor”, señaló el conferencista al término de una de las jornadas.

Entre los temas abordados estuvieron la resiliencia, la autoestima, el autoconocimiento, la gestión emocional, la importancia de los vínculos y la toma de decisiones conscientes. Las charlas incluyeron dinámicas participativas, ejercicios de introspección y espacios para compartir experiencias personales en un entorno de respeto.

El impacto de las emociones no expresadas

Uno de los ejes centrales de las intervenciones de Nicolás Alarcón fue la educación emocional y su impacto en la convivencia escolar. En palabras del conferencista, “la mayoría de los conflictos que hoy vemos en los colegios, como el acoso, la violencia verbal o el aislamiento, tienen su raíz en emociones no expresadas o mal gestionadas. Creemos que no es bueno sentir rabia o pena, y eso nos lleva a reprimir y acumular. Finalmente, esas emociones explotan o se transforman en conductas dañinas”.

Este enfoque resonó profundamente entre los estudiantes, quienes valoraron la posibilidad de hablar abiertamente sobre temas que habitualmente no forman parte del currículo formal. “Fue bacán, porque no vino a retarnos o a decirnos qué hacer. Nos hizo pensar en nosotros, en lo que sentimos, en cómo estamos realmente. Ojalá más charlas así”, comentó una estudiante de tercer año medio tras una de las sesiones.

Los docentes también participaron activamente en la programación, con talleres especiales orientados al autocuidado profesional, la empatía y la contención emocional en el aula. “En un sistema educativo que muchas veces pone el foco en los resultados académicos, necesitamos espacios como este para recordar que también somos personas, que nuestros estudiantes están viviendo procesos complejos, y que nuestra tarea no es solo enseñar materias, sino acompañar a seres humanos en formación”, compartió una profesora de lenguaje.

La importancia del bienestar integral

Para la dirección del Leumag, esta semana de actividades forma parte de una estrategia institucional más amplia que busca instalar el bienestar integral como eje transversal de la experiencia educativa. Desde hace algunos años, el establecimiento ha fortalecido sus equipos de orientación, integrado la perspectiva de género y salud mental en sus planes de convivencia escolar, y desarrollado iniciativas de formación emocional tanto para estudiantes como para trabajadores de la educación.

“El bienestar no puede ser un anexo o un añadido en la educación. Tiene que estar al centro del proceso formativo, porque sin bienestar no hay aprendizaje profundo, no hay vínculos significativos ni desarrollo humano real. Esta semana fue una apuesta por poner en valor ese principio, con una metodología distinta y muy bien recibida”, afirmó un miembro del equipo directivo.

Desde la comunidad educativa se valoró especialmente el carácter inclusivo y transversal de la propuesta. Las actividades fueron diseñadas para involucrar a todos los estamentos, sin distinción, generando un ambiente colaborativo y horizontal. Además, el tono de las charlas, basado en la cercanía y la escucha activa, permitió que incluso temas difíciles fueran tratados con respeto y profundidad.

Un mensaje que perdura

Más allá de la semana de charlas, el impacto de esta experiencia se proyecta en el tiempo. El liceo ha dispuesto la continuidad de espacios de reflexión, reforzado el acompañamiento psicoemocional y comprometido nuevas actividades que fortalezcan la convivencia y el desarrollo personal.

“Queremos que esto no sea solo una experiencia aislada. Lo que vivimos estos días fue una invitación a pensar distinto, a conversar más, a escucharnos mejor. A ser más humanos. Y eso es parte de la educación que queremos construir juntos”, concluyó uno de los encargados de convivencia escolar del Leumag.

La experiencia demuestra que, en tiempos de sobreinformación y presión social, las charlas motivacionales no son simples discursos vacíos, sino espacios con potencial transformador, especialmente si se abordan con autenticidad, respeto y contenido relevante. El Leumag, con esta semana de bienestar, da un paso adelante en la construcción de una comunidad educativa más consciente, empática y preparada para enfrentar los desafíos del presente.

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